La base aérea de Cuatro Vientos, en Madrid, ha sido el escenario de un simulacro de emergencias celebrado este sábado, en el que 1.200 efectivos de distintos cuerpos de seguridad y emergencias, desde Protección Civil hasta el Grupo de Operaciones Especiales (GEO), se han enfrentado a persecuciones en coche, tiroteos y explosiones.
Este ejercicio se enmarca dentro de las XXV Jornadas de Catástrofes que celebra Samur-Protección Civil, un evento que ha reunido a 2.000 personas de público y que también ha contado con representación de los servicios de emergencia de 15 comunidades autónomas, ocho países europeos y delegaciones de Mauritania e Israel.
Los organizadores han dispuesto tres escenarios decorados -un hotel, un autobús y un supermercado- para desarrollar tres supuestos: una persecución con disparos entre dos coches fugados y tres vehículos de la Policía Nacional, que ha derivado en varias explosiones; un secuestro y un intercambio de disparos y detonaciones con liberación de rehenes, respectivamente.
La demostración ha contado, además, con personal de las Unidades Centrales de Seguridad (UCS) y las Unidades de Prevención y Respuesta (UPR) de la Policía Municipal, así como de la Unidad de Intervención Policial (UIP), bomberos o personal de Samur PC.
En apenas minutos, los efectivos sanitarios han organizado tres triajes para determinar la gravedad de los heridos y planificar los operativos de traslado a centros sanitarios.
De hecho, las personas ficticiamente heridas han sido trasladadas realmente a cuatro centros sanitarios de la Comunidad de Madrid para continuar con la actuación.
Por su parte, la Policía Nacional y sus distintas unidades han puesto en marcha operativos específicos para cada situación, utilizando escudos, armas de fogueo y echando mano, también de guías caninos.
Uno de los momentos de mayor emoción se ha vivido cuando, después de que dos ‘terroristas’ se atrincherasen en el autobús, los GEO han aparecido en el techo de un vehículo especial del cuerpo para entrar de urgencia y liberar a los rehenes.
Para aportar autenticidad al simulacro, los participantes desconocían con qué situaciones debían bregar, ha asegurado Carmen Camacho, subdirectora de Samur-Protección Civil.