Una pareja de Móstoles sobrevivió "de milagro" a la DANA: "Pensaba que nos moríamos"

  • El agua entró en la casa y la riada les arrastró varios kilómetros hasta que se agarraron a un poste de la luz y a un árbol; estuvieron 14 horas aislados
  • Pasaron toda la noche rodeados de agua y les dieron por desaparecidos
Foto: TELEMADRID |Vídeo: Telemadrid

Sergio, mostoleño y policía nacional, no va a olvidar nunca lo que vivió la noche de la DANA. Estaba allí, en la zona cero de Valencia, pasando unos días con su novia en una casa de campo. La riada les pilló por sorpresa: el agua les arrastró y consiguieron agarrarse a un árbol. Así estuvieron toda la noche hasta que les rescataron. Salvaron la vida de milagro.

Sergio es vecino de Móstoles. Es Policía Nacional pero lo que ha vivido en Valencia supera todo. Él y su novia Lara casi mueren ahogados esa noche. Estaban de vacaciones en una casa cerca de Ribarroja, al lado del fatídico barranco del Poyo.

"La presión del agua arrancó la puerta de la casa de cuajo. El agua nos llegaba al cuello y le dije a mi novia que o salíamos de casa o nos ahogábamos aquí", relata Sergio Mondéjar. "Me arrastró la riada unos 300 metros hasta que me pude agarrar a un poste de la luz de alta tensión", añade.

Así patrullan los efectivos de los GRS de la Guardia Civil las calles de Paiporta por las noches
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Fueron 14 horas de angustia, sin saber si su novia estaba viva o no. "Vi cómo se la llevaba la corriente y no pude hacer nada para cogerla, estaba a unos 30 metros, era imposible", detalla Sergio.

"Me llevó la riada varios kilómetros. Desde las seis de la tarde hasta las cuatro de la mañana estuve aislada por el agua, fue horrible", indica Lara Calvo. "Estábamos todo el rato a voces y gritos y a veces la escuchaba y otras no", afirma Sergio.

El padre de Sergio, con el corazón encogido, le llamó 114 veces esa noche. Se les dio por desaparecidos. "Yo pensaba que me iba a morir", reconoce Lara. "Pensé: aquí se me va la vida. Fue un auténtico milagro", resume Sergio.

Ellos, con secuelas, pero son la cara visible del milagro. Han sobrevivido y pueden seguir con sus vidas. Otros no lo podrán hacer.

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