En Chinchón, más de 30.000 olivos se han visto afectados por un vertido de celulosa que alguien expandió hace ya siete años, sin el conocimiento de los propietarios ni de las consecuencias que podía tener a largo plazo. Unos vertidos que han afectado a los olivos, secándolos, desarrollando enfermedades y dejándolos sin producir absolutamente nada de aceituna.
Desde entonces los vecinos han intentado poner soluciones privadas a través de tratamientos y abonos. No lo han conseguido.
Llevan años reclamando años al ayuntamiento, pero de momento, nadie les ha dado ninguna solución.