Prácticamente cuando faltaba media hora para cerrar la capilla ardiente de Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha producido un incidente.
Sólo un ciudadano ha protagonizado un momento de tensión al arrojar unos papeles al suelo y advertir de que no se movería de la sala hasta hablar con el presidente del Gobierno o con la ministra de Defensa, y entonces Sánchez se levantó, se acercó al individuo y le dijo: "Soy el presidente del Gobierno, acompáñeme".
No ha habido incidentes y el varón se ha ido del Congreso sin más.