Hace años llegó a haber 300 en Madrid. Y hoy solo queda uno. Hablamos de los 'aguaduchos', los Kioscos de bebidas tradicionales, como la horchata, la limonada o el agua de cebada.
Este último aguaducho de Madrid está en la calle Narváez. Lleva allí desde 1944, es decir, 78 años.
Indispensable en verano
Difícil resistirse en verano a una buena horchata bien fresquita, o un granizado de limón. Por eso, durante los días de más calor, el aguaducho de Narváez casi se transforma en un oasis salvador para los acalorados viandantes.
Este kiosco de bebidas de la calle Narváez lleva 77 años refrescando las gargantas de los madrileños, de todas las edades, niños y mayores.
Lo regentan Miguel y José, dos hermanos que heredaron el negocio familiar y que subsisten con el último aguaducho de la capital. "Ya no es como tiempos atrás, que era mucho más natural, no había otras bebidas gaseosas. Ahora cuesta mantenerse año tras año".
Las estrellas son la horchata y el granizado de limón, pero también se puede degustar el agua de cebada.
Trabajan de abril a octubre y cada día descubren a nuevos clientes. Y es que el calor es más llevadero con una buena horchata en el cuerpo.