En el programa 32 de 'Toc toc... ¿se puede?' visitamos de la mano de nuestra reportera Esther Alcázar un elegante piso de 130 metros cuadrados en el barrio de Chamartín. Una casa reformada y optimizada en cada detalle, con singulares objetos decorativos, diferentes ambientes, una enorme cocina multi-tarea y detalles de interiorismo personalizados y sorprendentes: como un cuadro en el que aparece representado todo el texto de la obra ‘Hamlet’, de Shakespeare, sin que apenas se note el escrito o una elegante columna que esconde una tubería en su interior. Antes de comprar la casa vieron muchas más.
Hay casas que parecen sacadas de una revista de decoración, y esta es una de ellas. Su anfitriona, Lucía, lleva toda la vida por esta zona, y tampoco se plantea moverse por el cole de sus dos hijos. La cocina es lo primero que vemos en su entrada, con una distribución no tan común. La razón por la que la movió fue porque era la única forma de ganar en espacios abiertos. Y tampoco fue gran problema, porque ni a ella ni a su pareja les gusta cocinar. Una barra de mármol de Carrara (Toscana), es considerado uno de los mejores del mundo, divide los ambientes y está pensado para cuando tienen invitados en casa. En lugar de madera natural, que se ensucia fácilmente, en la cocina optaron por uno diferente.
Todos los electrodomésticos están escondidos para que no se vean, la nevera también está panelada justo en la entrada. Al lado de la cocina hay un pequeño espacio con un mueble a medida para desayunar y cenar los niños, pero la idea de separar la cocina de esta forma era para “no ver el desastre después de cenar”. Ella se dedica al interiorismo, tomó importantes decisiones en la casa como evitar la luz cenital que no otorga el mismo ambiente cálido y agradable.
Una de las bajantes generales caía justo en medio del salón y era imposible de quitar, así que decidieron construir una columna de estilo clásico. La pared con ventanas refleja toda la luz natural por el salón, donde también reposa en una esquina una espectacular guitarra eléctrica. Una decisión personal de nuestra inquilina es la de colocar los libros leídos al revés para tener una pared más unificada. La chimenea, por increíble que parezca, no es real, es solo decorativa, pero esconde tras de sí la calefacción general.
Sorprendentemente incluso con dos niños pequeños se mantienen las paredes muy limpias. Un cuadro en el suelo nos llama la atención. Lucía nos cuenta que fue un regalo que no entendió bien al principio. Si lo observamos minuciosamente, podremos ver que hay una obra escrita en ella con la letra minúscula. Se trata del libro completo de ‘Hamlet’, de William Shakespeare, publicada en 1603. El baño principal está hecho de un material diferente, un revestimiento de microcemento muy de moda gracias a su dureza y resistencia. Una casa de revista, sin lugar a duda.