Antonio Carmona es granadino, una de las últimas generaciones de Los Habichuela en nacer en la ciudad andaluza. Pero, cuando todavía era muy pequeño (tan solo tenía un año), su padre los trajo a Madrid: Granada se les quedaba pequeña y la capital tenía mucho que ofrecerles.
El primer sitio donde vivió Antonio en Madrid fue en la calle Oriente, muy cerca del Mercado de la Cebada en el barrio de La Latina. Se trataba de una casita de unos veinte metros cuadrados en la que vivían doce personas. “Estaba el baño aquí y la cocina aquí. Más chico no podía ser”, recuerda entre risas el cantante. “Eran todo colchones en el suelo”.
De ahí la familia pasó a la calle de la Paloma, junto a Puerta de Toledo y al lado de El Rastro, una zona en la que vivían muchos gitanos y gente del flamenco. Sin embargo, esta casa se incendió debido a que explotó una bombona de gas. De hecho, Antonio todavía guarda el recuerdo de ver el edificio en llamas.
El siguiente piso al que se mudaron estaba en Campamento., un barrio en el que Antonio Carmona pasó su niñez y su juventud y del que guarda muchos y muy buenos recuerdos. “Un barrio que me ha dado mucha vida y que me ha visto crecer como músico y como persona”, reconoce el artista.
De hecho, Antonio confiesa que “donde he sido realmente feliz ha sido en ese barrio”. Y es que el cantante no escatima elogios hacia Campamento: “Es donde he vivido los mejores momentos de mi vida”.
Toda la familia de Los Habichuela acabó por vivir en Campamento, convirtiéndose en la primera familia gitana del barrio. Pero ellos no fueron los únicos gitanos de la zona: también estaban los Marote, guitarristas de Granada. “Éramos dos familias nada más, pero nos acogieron muy bien, impresionante. Los vecinos no podían ser mejor gente”, comenta un Antonio que, siempre que puede, trata de ir al barrio.