La resistencia a los antibióticos es un gran desafío para la salud pública, debido a la morbilidad, la mortalidad y los costos que genera. En función de los síntomas de la enfermedad y de las pruebas de laboratorio, cuando sean necesarias, el médico realizará el diagnóstico de la causa de la infección y seleccionará el tratamiento.
Lo primero que deben saber los médicos antes de recetar este medicamento es si nuestra infección está provocada por un virus, una bacteria o un hongo. Para ello, realizan una pequeña prueba médica para saber qué tipo de bacteria tiene esa infección gracias a un antibiograma (enfrentar las bacterias del paciente con distintos antibióticos) y así saber qué medicamento es el más conveniente para esa infección. Una vez realizada esa prueba y sabiendo a qué medicamentos reacciona o no nuestra bacteria el médico podrá recetarnos el antibiótico que mejor se acople a nuestro puntual problema de salud.