Kylian Mbappé, atacante francés del París Saint-Germain, se refirió en una entrevista a los cambios que ha experimentado su club con la salida hacia clubes fuera de Europa de ex compañeros como el argentino Lionel Messi y el brasileño Neymar Junior y afirmó que "tarde o temprano" le tocará marcharse a él.
"Muchos grandes jugadores que han marcado la historia del fútbol han abandonado Europa este verano y estamos entrando en una nueva era. Es parte del ciclo de este deporte y en algún momento a mí también me tocará marcharme. No me preocupan esos cambios. Simplemente pienso en continuar con mi carrera y seguir mi propio camino", dijo en palabras concedidas en noviembre a la revista GQ.
Asimismo, se refirió a la posibilidad de que participe con la selección francesa en los Juegos Olímpicos de París 2024: "He llegado a un punto de mi vida y mi carrera en el que ya no quiero forzar las cosas. Si me lo piden, me encantaría ir, pero si no es posible, lo entenderé. Para cualquier deportista, los Juegos son una ocasión especial. Yo ya quería ir a Tokio porque quiero ganarlo todo y grabar mi nombre en la historia de la selección francesa como un jugador que fue importante".
Antes, su combinado nacional afrontará la Eurocopa de Alemania: "Somos uno de los equipos más esperados de este torneo y estamos preparados y confiados. Hicimos una clasificación muy buena y ahora nuestro objetivo es ganar. Este año hemos perdido a grandes campeones, a jugadores importantísimos como Lloris y Varane, pero al final el grupo no se ha visto afectado. Eso demuestra una verdadera cohesión y capacidad de adaptación".
Mbappé reflexiona también sobre otros aspectos como el calendario: "Nos acercamos al modelo de la NBA, con temporadas de setenta partidos. Personalmente, no estoy en contra, pero no podremos ser buenos siempre y dar al público el espectáculo que espera. Hoy, si decidiera decir 'estoy cansado, no voy a jugar el sábado', no saldría bien parado. El espectador que paga su entrada, y que quizá solo te ve una vez durante la temporada, quiere una actuación digna de ese nombre, y es comprensible”.
"No quiero dar lecciones a nadie, pero tenemos que pensar juntos para ofrecer el mejor espectáculo posible, de modo que jugadores, espectadores y autoridades puedan respaldarlo", expresa.
En relación a las especulaciones sobre su futuro, señala: "Estamos en la era del consumo excesivo, en la que la gente espera mucho de los jugadores. He demostrado que la presión no me afecta negativamente, e incluso diría que la necesito para rendir al máximo. La presión me permite mantener el grado de excelencia necesario para jugar al más alto nivel".
"El deseo de ganar, de ir más allá de los límites de lo posible y hacer grandes cosas, está profundamente arraigado en mí. Creo que se lo debo a la educación y a las enseñanzas que he recibido dentro y fuera del campo, y que me han ayudado a formarme como futbolista y como hombre. Solemos olvidarlo, pero cuando jugamos al fútbol, somos eternamente niños. El nivel al que jugamos cambia, pero la mentalidad no. La pasión es constante a lo largo de los años", manifiesta.
En esa línea, subraya: "Más allá de los aspectos técnicos que supone mejorar, por ejemplo, tu juego con el pie izquierdo o el remate de cabeza, lo más importante es ampliar tu visión del deporte. Al jugar para seis o siete entrenadores diferentes, he aprendido seis o siete formas diferentes de hacer mi trabajo. He desarrollado diferentes facetas de mi estilo y no he parado de crecer. La mentalidad correcta implica ser capaz de escuchar y adaptarse".