Tres testarazos del Atlético acaban con el Real Madrid, 3-1

El Atlético tuvo un comienzo fulgurante, con dos goles en los primeros compases del partido. A los 4 minutos, Morata aprovechó un gran centro de Lino para peinar el balón al fondo de la red y a los 17, fue Griezmann quien amplió la ventaja también de cabeza. El francés remató de manera soberbia un buen envío de Saúl.

La presión, la velocidad, la intensidad rojiblanca se imponía ante un Real Madrid apático y sin ideas. Los blancos perdían muchos balones en el centro del campo y los del Cholo aprovechaban para salir con muchos efectivos al ataque.

Por su parte, Modric y Camavinga intentaban sorprender desde lejos a Oblak, sin mayor peligro. La primera ocasión blanca llegó a la media hora tras un remate a bocajarro de cabeza de Valverde que atajó el guardameta colchonero a poca distancia.

Acto seguido, Kepa evitó el tercer tanto atlético después de un disparo en carrera de Saúl a muy poca distancia. Pudo haber sido la sentencia del choque a los 31 minutos de partido.

Con el 2-0, el Atlético le dio el balón a los de Ancelotti para buscar los locales las salidas veloces a la contra. Del posible 3-0 se pasó al 2-1 a los 36 minutos después de un golazo de Toni Kroos, quien hizo un gran recorte en la frontal del área y soltó un zapatazo al que no pudo llegar Oblak. Era su primer tanto en 30 derbis.

El gol animó a los merengues, quienes en los últimos minutos del primer tiempo, se lanzaron a por el empate. Rodrygo y Bellingham comenzaron a hacerse notar en el campo y la defensa atlética tuvo que recular varios metros. A 3 minutos del descanso el árbitro anuló un gol a Camavinga por fuera de juego de Rudiger, lo que motivó la protesta de Modric, quien vio la tarjeta amarilla. En la siguiente acción, Giménez vio la cartulina amarilla por una dura entrada sobre Rodrygo.

Pese a la reacción blanca en el tramo final del primer periodo, Ancelotti no estaba contento con su equipo y tras el descanso dio entrada a Joselu por Modric. En los colchoneros entró Witsel por un renqueante Koke.

La historia se repitió en el comienzo del segundo tramo. La parsimonia blanca fue penalizada de nuevo por los locales. A los 47 minutos un gran envío de Saúl lo cabeceó Morata al fondo de la red imponiéndose en el salto a Alaba. Doblete del exmadridista, quien conseguía su quinto gol de la temporada en Liga.

Hermoso, tras un córner, mandó el balón al larguero. Con el 3-1 el técnico merengue intentó resetear a sus hombres y ordenó un triple cambio: Nacho, Mendy y Tchouameni entraron por Lucas, Fran García y Camavinga, con más de media hora por delante.

La tímida reacción visitante la protagonizaron Rodrygo y Tchouameni, con tres buenas ocasiones. Azpilicueta entró al campo por Nahuel Molina en las filas atléticas para fijar al delantero brasileño.

Otra vez con ventaja de dos goles, los del Cholo se echaron atrás, concediendo el dominio a los madridistas, buscando las contras. Rudiger probó un disparo muy lejano que se fue cerca del poste de la portería de Oblak.

Kroos dejó su sitio en el césped a Brahim. El Madrid tenía la posesión pero el Atlético se defendía con comodidad gracias a su línea de cinco zagueros. Los intentos blancos se limitaban a lanzamientos desde mucha distancia.

En el último cuarto de hora de encuentro se entró en un intercambio de golpes en el que Brahim a punto estuvo de encontrar premio tras una gran acción personal que desbarató Oblak, enviando a córner. El madridista le dio mordiente a su equipo con su velocidad y su calidad individual.

Los blancos buscaban la reacción a la desesperada ante un Atlético agazapado en su área. Morata se fue del campo para dar entrada a Memphis, mientras que Correa sustituyó a Giménez y Javi Galán a Lino.

El Metropolitano, que batió su récord histórico de asistencia con más de 69.000 espectadores, comenzó a festejar la victoria en los compases finales. Mientras, el Madrid -con un Bellingham desaparecido en el segundo acto- seguía estrellándose contra el muro atlético.

Olés del público

Memphis se quiso sumar a la fiesta con un potente chut en carrera desde lejos que se fue desviado. Bellingham, por su parte, perdía los nervios y cometía una escalofriante entrada a Correa fruto de la frustración blanca. Alberola Rojas le mostró tarjeta amarilla cuando todo el estadio pedía la roja.

Fue el punto final -entre los olés del público- a un derbi que acerca a los colchoneros a la zona alta de la clasificación y que deja al Real Madrid sin liderato en favor del Barcelona.