Marc Márquez es todo un campeón y sus entrenamientos son buena prueba de ello y también de su destreza y humildad.
Las 'salvadas' imposibles del piloto son fruto de un agotador trabajo físico. Así entrena con dureza sus reflejos para mejorar la capacidad de reacción, tonificación muscular, expresividad, talento y "manos".
Un trabajo físico muy exigente y duro, explosivo, en el que intervienen tanto el core como el tren inferior y superior. Agilidad y rapidez son claves para poder conseguir sus objetivos.