Un pequeño paso para el hombre… Un enorme paso de la mujer hacia las estrellas
- La conquista del espacio no hubiera sido igual sin todas las mujeres que trabajaron por ella, en la mayoría de ocasiones en la sombra
“Un pájaro no puede volar con una sola ala. Los vuelos espaciales tripulados no pueden seguir desarrollándose sin la participación activa de las mujeres”. El 16 de junio de 1963, la soviética Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer en salir de la Tierra. Dos hombres la habían precedido: Yuri Gagarin y Alan Shepard (1961).
Y pasaron 19 años hasta que otra mujer viajó hacia las estrellas.
Valentina Tereshkova, la 'gaviota' rusa que voló más lejos que ninguna otra mujer
En todo ese tiempo muchos hombres salieron al espacio, orbitaron alrededor de la Tierra, dieron el primer paseo espacial (Alexei Leonov, 18 de marzo de 1965), e incluso llegaron a la Luna (Armstrong, Eldwin y Collins, 20 de julio de 1963).
Pero hasta el 19 de agosto de 1982 ninguna otra mujer viajó al espacio. Ese día, Svetlana Savítskaya, especialista científico en la misión Soyuz T-7, se convirtió en la segunda en hacerlo. Repitió la hazaña en 1984 con un añadido: en esta ocasión salió de la nave y dio un paseo espacial. Fue la primera que caminó entre las estrellas.
Entre el primer y segundo viaje de Svetlana Savitskaya, la física estadounidense Sally Ride se convirtió en la tercera mujer. Con 32 años, era la más joven.
Pero las mujeres no fueron ajenas a la carrera espacial. Siempre estuvieron ahí.
De secretarias a ingenieras
Al principio fueron secretarias y administrativos. Después llegaron las médicos y psicólogas. Más tarde, las ingenieras.
En los años 60 la NASA contrató a muchas mujeres. Una de ellas fue la española Gloria B. Martínez que trabajó en la división de informática.
En 1961 Dana Ulery marcó un hito al convertirse en la primera ingeniera contratada para el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA, la división que se encarga de las misiones no tripuladas y de la Red del Espacio Profundo.
Otras mujeres también pusieron su granito de arena: la doctora Carolyn Huntoon fue pionera en la investigación del metabolismo de los astronautas.
Ada Lovelace, el primer programador de la historia
Margaret Hamilton fue la principal programadora informática del programa Apolo. Como directora de la División de Ingeniería del laboratorio de Instrumentación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) su equipo desarrolló el software de navegación del programa espacial que llevaría al hombre a la Luna.
La ingeniera biomédica Judy Sullivan fue la primera mujer que contrató la NASA para las pruebas de naves espaciales. Allí estuvo, en el laboratorio de trajes, ayudando a Neil Armstrong antes del lanzamiento. La única mujer presente en tan magno evento. Se encargó del mantenimiento y la supervisión de la telemetría que controlaba las constantes vitales de los astronautas.
La ‘computadora humana’
Katherine Johnson, física, científica espacial y matemática fue una de las primeras afroamericanas en la NASA y una de las personas más importantes en la historia de la NASA. Era famosa por su increíble capacidad y la precisión de sus cálculos, de hecho, sus cálculos de la mecánica orbital fueron fundamentales para los vuelos espaciales.
Comenzó trabajando con un grupo de mujeres matemáticas a las que se refería como “computadoras virtuales que usaban faldas”. Y en determinado momento se pidió su colaboración temporal con el grupo de investigación de vuelo, donde ninguna mujer había entrado jamás. Sus capacidades fueron tan útiles que “se olvidaron de devolverme al equipo” contó la propia Johnson.
Fue también la primera mujer en firmar un informe con su nombre, algo que hasta ese momento no les estaba permitido.
El empuje de la teniente Uhura
La actriz Nichelle Nichols contribuyó mucho a la llegada de mujeres a la NASA en los años 70. Su interpretación de la teniente Uhura en ‘Star Trek’ supuso un hito importante en la historia de la televisión. Fue la primera vez que una mujer afroamericana tenía un papel importante en una serie de televisión. Su famoso beso con William Shatner fue el primero entre una pareja interracial que se vió en pantalla.
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Nichols formó parte de un proyecto de la NASA para reclutar minorías y mujeres. Inspiró a muchas niñas que, gracias a ella, se atrevieron a soñar con ser astronautas. Una de ellas fue Mae Jemison, que en 1992 se convirtió en la primera mujer astronauta afroamericana.
Aunque si la historia hubiera sido otra, las mujeres hubieran podido convertirse en astronautas mucho antes.
Las Mercury 13
El médico Randolph ‘Randy’ Lovelace tuvo un papel importante en el desarrollo de las pruebas médicas que deberían superar los aspirantes a formar parte del primer equipo de astronautas de la NASA. Los seleccionados se conocieron como ‘Mercury Seven’. Los elegidos para la gloria, los primeros estadounidenses en salir al espacio y los primeros hombres en llegar a la Luna.
Lovelace quiso también poner a prueba la capacidad de las mujeres para superar esas pruebas. Con Jacqueline Cochran, renombrada piloto que tenía varios récords femeninos, puso en marcha un programa para seleccionar mujeres astronautas. Se escogió a un grupo de 13 mujeres, entre ellas la reconocida piloto Geraldine ‘Jerrie’ Cobd, para que pasaran las agotadoras pruebas que habían superado los ‘Mercury Seven’.
El programa no estaba oficialmente autorizado por la NASA y finalmente el vicepresidente Lyndon Johnson lo paralizó por completo. Tras superar todas las pruebas y un duro entrenamiento, tuvieron que dejarlo.
De Sally Ride a Sunita Williams
Tuvo que pasar el tiempo y tuvieron que superarse muchos prejuicios para llegar a Sally Ride. En los años 80 y 90 el papel de las mujeres fue en aumento y en el año 2000 la NASA ya seleccionó un 30% de mujeres
En 1986 la profesora Christa McAuliffe se convirtió en la primera mujer en fallecer en el espacio como parte de la tripulación del transbordador espacial Challenger. En 2023m cuando el transbordador Columbia se desintegró al reingresar en la atmósfera murió otra mujer, la primera nacida en India en ir al espacio: Kalpana Chawla.
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Según avanza el siglo XXI, el papel de la mujer cobra más y más protagonismo en la carrera espacial. Una de las últimas y más famosas astronautas es Sunita Williams, que ostenta el récord femenino de estancia más larga en el espacio en una única misión, 195 días.
Ya lo dijo Tereskhova: “un pájaro no puede volar con una sola ala”. Sin esa segunda ala, las mujeres, la conquista del espacio no hubiera sido posible. Estuvieron ahí desde el principio, casi siempre trabajando entre bastidores, casi siempre sin lograr el merecido reconocimiento, pero siempre totalmente entregadas a su pasión por alcanzar el cielo.
Tuvieron que dar un paso más grande para alcanzar las estrellas.
Pero lo consiguieron.
