La Comisión Europea (CE) está instando a los Estados miembros a que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de las empresas, según el borrador del documento que el Ejecutivo comunitario pretende desvelar el próximo miércoles.
Según los datos que maneja Bruselas, los flujos de gas desde Rusia han caído un 30% en comparación con la media del periodo 2016-2021. Parte de esta reducción "ha sido el resultado de acciones repentinas, injustificadas y unilaterales de Gazprom para disminuir o detener las entregas a consumidores europeos con el objetivo de trastocar la actividad económica y manipular los precios".
"No hay razones para pensar que este patrón cambiará. En cambio, una serie de señales, como la última decisión de reducir aún más el suministro a Italia, apuntan a un probable deterioro de las perspectivas de suministro de gas", advierte la CE.
Este es el contexto que lleva a la CE a plantear un plan de contingencia que recoge una serie de medidas para reducir la demanda de gas desde ya, pero también para incentivar que empresas e industrias recorten el consumo y sustituyan el gas por otras fuentes de energía, incluidos el carbón y la nuclear.
Entre esas iniciativas cita las subastas o sistemas de licitaciones (que podrían ser conjuntas entre varios países) para "incentivar una reducción del consumo de consumidores industriales dejando que las industrias ofrezcan esas reducciones del consumo de gas a cambio de compensación".
"Después de haber agotado todas estas medidas, los Estados miembros quizás necesiten empezar a restringir parcial o totalmente (el consumo) de grupos específicos de consumidores que hayan sido identificados en sus planes de emergencia", reconoce Bruselas.
Otras vías de ahorro que apuntan van desde el uso de bombas de calor en los edificios hasta las campañas de concienciación para bajar un grado la temperatura del hogar, pasando por fijar los termostatos de edificios públicos, oficinas y edificios comerciales a 19 grados en invierno.
Sobre las plantas que generan electricidad, el plan recoge la posibilidad de impulsar el uso de combustibles fósiles distintos al gas pero avisa de que pasar a utilizar biomasa y diésel "requiere garantizar que hay disponibles cantidades suficientes para las plantas que los utilicen".
Así, recuerda que algunos países han anunciado la reactivación de plantas de carbón y otros han retrasado sus planes para cerrar las centrales nucleares, y recalca que son medidas "temporales por naturaleza y deben ser diseñadas de forma que no comprometan" los objetivos climáticos de la UE.
Primeras medidas anunciadas en Europa
En Alemania, por primera vez desde abril, se ha registrado un descenso del nivel de llenado en las instalaciones de almacenamiento de gas debido al cierre por mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1, lo que ha llevado al Gobierno alemán a aprobar medidas que permiten operar a las centrales de carbón y petróleo que forman parte de la reserva energética.
Además ha sellado con Austria, Chequia o Dinamarca un pacto de solidaridad en materia de seguridad energética para no detener el envío de gas aunque caiga el suministro de gas ruso.
En Hungría, tras decretar la emergencia energética, se pondrá en marcha en agosto un paquete de medidas que incluyen el aumento del precio del gas y electricidad en los hogares que consuman más energía que el promedio (210 kW).
En Italia, que antes de la guerra importaba de Rusia el 40% de sus suministros de gas anuales, el Gobierno ha anunciado que trabaja para decretar el racionamiento de las empresas energéticas, limitar el consumo tanto de calefacción como de alumbrado público o aumentar el uso de las centrales eléctricas de carbón aún en funcionamiento por parte del Gobierno, según medios locales.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado su intención de "negociar un cambio" en el mecanismo de fijación de precios de la electricidad en Europa (que ahora depende enormemente del precio del gas) y de prolongar hasta finales de año los "escudos de tarifas" del gas y de la electricidad en Francia, lo que supone que los precios están congelados.
Grecia y Bulgaria inauguraron la semana pasada el gasoducto IGB, que suministrará hasta 3.000 millones de metros cúbicos de gas natural desde Azerbaiyán hasta Europa, pudiendo aumentar la cantidad hasta los 5.000 millones.