El presidente de Cuba, Raúl Castro, pidió a su homólogo estadounidense, Barack Obama, que utilice sus facultades ejecutivas para debilitar el embargo a la isla si quiere seguir el avance en el proceso de normalización de relaciones.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, explicó esta petición tras el encuentro que mantuvieron los dos presidentes en la sede de Naciones Unidas, una cita en la que Castro dijo que los avances hacia la normalización dependerán de lo que ocurra con el embargo.
"No habrá normalización con bloqueo, y no habrá progreso sustancial en el proceso de normalización sin cambios sustanciales en la aplicación del bloqueo", dijo Rodríguez, quien destacó que las decisiones ejecutivas tomadas hasta ahora por Obama "son de valor muy limitado".
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Cuba, Raúl Castro, iniciaron hoy en la sede de la ONU su segunda reunión tras el anuncio de la normalización de las relaciones bilaterales entre los dos países.
Obama y Castro posaron brevemente ante los fotógrafos antes de la reunión, en la que también participan el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez. De pie, los dos líderes se dieron la mano e intercambiaron sonrisas, pero no respondieron a preguntas de los medios presentes.
Este encuentro sigue al que ambos mantuvieron en Panamá en abril pasado en el marco de la Cumbre de las Américas y que fue el primer encuentro de dos gobernantes de Cuba y Estados Unidos en más de cinco décadas.
Este lunes, los dos mandatarios intervinieron ante la Asamblea General de Naciones Unidas y ambos abordaron el embargo económico que pesa sobre la isla y que solamente el Congreso de Estados Unidos puede levantar por completo.
En su discurso, Obama se mostró convencido de que el cambio llegará a Cuba, al defender la política de acercamiento emprendida el pasado diciembre y que resultó en el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas en Washington y La Habana en julio. "Estoy seguro de que el Congreso (de Estados Unidos) levantará inevitablemente un embargo que ya no debería estar ahí", enfatizó.
También admitió que aún tiene "diferencias con el Gobierno cubano" y que Estados Unidos "seguirá defendiendo los derechos humanos" en la isla.
Por su parte, Castro reiteró en su intervención que el "largo proceso de normalización de las relaciones" con Estados Unidos culminará cuando, entre otras medidas, el país norteamericano devuelva la base de Guantánamo y pague compensaciones por el embargo.
La normalización de los vínculos con Estados Unidos acabará cuando, entre otras medidas, "se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba", destacó Castro.
También "cuando se devuelva a nuestro país el territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval de Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas y los programas de subversión y desestabilización contra Cuba y se compense a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que aún sufre", agregó.
Como cada año desde hace más de dos décadas, Cuba está impulsando en la Asamblea General de la ONU una resolución crítica con el embargo y que pide su fin, un texto que habitualmente obtiene un respaldo mayoritario y siempre el voto en contra de Estados Unidos.
El Gobierno de Estados Unidos adelantó esta semana que aún no ha tomado una decisión sobre cómo votará en octubre ante ese documento, lo que ha alimentado las especulaciones acerca de que, por primera vez, podría optar por abstenerse. Mientras, funcionarios de los dos países iniciaron ayer los primeros contactos, a puerta cerrada en La Habana, para normalizar el servicio aéreo.
Además, representantes del lobby agrícola de los estados de Arkansas y Carolina del Norte se encuentran de visita en Cuba para explorar posibilidades de negocio y la secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, viajará a La Habana los días 6 y 7 de octubre.
La semana pasada entraron en vigor nuevas normas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos que amplían a sus ciudadanos las facilidades para viajar, hacer negocios, enviar remesas y prestar servicios de telecomunicaciones en Cuba, aunque el turismo sigue prohibido.