El Gobierno francés salvó una nueva moción de censura, presentada por los grupos de izquierda, tras el rechazo de la presidencia de la Asamblea Nacional a debatir una proposición de ley para derogar la reforma de las pensiones.
La moción recibió 239 votos a favor, frente a los 289 que necesitaba para alcanzar la mayoría absoluta de la cámara para tener éxito, anunció al término de la votación la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet.
La moción, la número decimoséptima en once meses contra la primera ministra, Élisabeth Borne, fue presentada por los grupos parlamentarios de la coalición de izquierda Nupes (Francia Insumisa, socialista, comunista y ecologista) después de que Braun-Pivet no permitió la pasada semana votar esa proposición de ley, acogiéndose a un artículo constitucional.
La diputada socialista Valérie Rabault presentó la moción acusando a Borne de haber "arrojado a la Asamblea Nacional en el descrédito" por, repetidamente, aprobar medidas o evitar debates parlamentarios utilizando a la Constitución.
"No es un secreto para nadie que el Gobierno ha presionado a la presidenta de la Asamblea Nacional para que el voto no tuviera lugar", afirmó la socialista.
En su respuesta, Borne criticó las "incoherencias, las contradicciones y la demagogia" de los grupos de izquierda y aseguró que "no hay alternativa a la reforma de las pensiones que aumentó de 62 a 64 años la edad mínima de jubilación”.
"La Constitución es un bloque. Hay que aceptar todo, no se pueden denunciar algunos de sus instrumentos al mismo tiempo que se utilizan sus artículos", añadió la jefa del Gobierno.
Borne también opuso el "coraje" político del Ejecutivo frente a "los decibelios" de la izquierda.
La última moción de censura tuvo lugar el 20 de marzo pasado y fue presentada tras la aprobación de la reforma de las pensiones sin una votación en la Asamblea Nacional. Esa moción fue la estuvo más cerca de hacer caer al Gobierno, ya que solo le faltaron nueve votos.