La revolucionaria imagen de Sagitario A*, el agujero negro de la Vía Láctea que cambia el concepto del universo
Histórico hallazgo, según la NASA
La masa de este agujero negro es cuatro millones de veces superior a la del sol
REDACCIÓN/AGENCIAS
Las expectativas eran altas, pero el resultado, inimaginable. Emocionante y abrumador. La NASA habla ya de "hallazgo histórico". Y todo por la primera instantánea de 'Sagitario A*', un agujero negro en pleno corazón de nuestra Vía Láctea. Es la prueba de su existencia. Se sospechaba que estaba allí, pero hasta el momento, no se podía asegurar. Esto ahora ha cambiado.
Emocionante, histórico, extraordinario, revolucionario o novedoso son algunos de los calificativos utilizados por los investigadores responsables de este hallazgo, que se ha dado a conocer en varias ruedas de prensa simultáneas en distintos países, entre ellos España.
Un lugar donde nada puede escapar
Este resultado proporciona "pruebas abrumadoras" de que el objeto es sin duda un agujero negro, un lugar del espacio de donde nada puede escapar, ni siquiera la luz, y aporta valiosas pistas sobre el funcionamiento de tales gigantes, que supuestamente ocupan el centro de la mayoría de las galaxias.
Anteriormente, la comunidad científica ya había observado estrellas orbitando alrededor de algo invisible, compacto y muy masivo en el centro de la Vía Láctea. Estas órbitas permitían postular que este objeto (conocido como Sagitario A* o SgrA*) era un agujero negro, y la imagen de hoy proporciona la primera evidencia visual directa de ello, según los científicos del EHT (el horizonte de sucesos es el borde del agujero negro, el límite más allá del cual es imposible ver nada, ni escapar).
Aunque no se puede ver el agujero negro en sí, porque está completamente oscuro, el gas brillante que lo rodea tiene una firma reveladora: una región central oscura (llamada "sombra") rodeada por una estructura brillante en forma de anillo.
La nueva imagen, en la que se observa un anillo no perfectamente esférico amarillo y naranja, con tres puntos más brillantes, capta la luz curvada por la fuerza gravitatoria del agujero negro, cuya masa es cuatro millones de veces la del Sol.
"Es un momento importantísimo, es el siguiente nivel. Misión cumplida, sí, pero hay mucho trabajo aún por hacer", señaló J. Anton Zensus en la rueda de prensa organizada por el Observatorio Europeo Austral (ESO) en Garching, cerca de Múnich (Alemania).
Para obtener las imágenes de este agujero a unos 27.000 años luz de la Tierra, se creó una red de ocho observatorios de radio, anteriormente construidos con otros fines, combinados para formar un único telescopio virtual "del tamaño de la Tierra" (uno de ellos está en Sierra Nevada, Granada).
El EHT lo observó durante varias noches, recopilando datos durante muchas horas seguidas, de forma similar a como una cámara fotográfica tradicional haría una imagen con un tiempo de exposición largo.
Ya se sospechaba en los 70
La comunidad astronómica sabe de la existencia de la brillante y densa fuente de radio del centro de la Vía Láctea (en la dirección de la constelación de Sagitario) desde la década de 1970. Midiendo las órbitas de varias estrellas cercanas a nuestro centro galáctico durante un período de 30 años, los equipos de Reinhard Genzel (director del Instituto Max-Planck de Física Extraterrestre) y Andrea M. Ghez (de la Universidad de California, Los Ángeles) fueron capaces de concluir que la explicación más probable para un objeto de esta masa y densidad es un agujero negro supermasivo. Sus investigaciones les valieron el Premio Nobel de Física 2020.
Estos estudios previos habían demostrado que en el centro de nuestra galaxia reside un objeto extremadamente compacto con una masa cuatro millones de veces mayor que nuestro Sol, recuerda José Luis Gómez, miembro del Consejo Científico del EHT y líder del grupo del EHT en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC, sur de España).
"Ahora, gracias al EHT, hemos podido obtener la primera confirmación visual de que este objeto es, casi con toda seguridad, un agujero negro con propiedades que concuerdan perfectamente con la relatividad general de Einstein".
La primera imagen de un agujero negro fue en 2019
Este descubrimiento llega después de que la colaboración EHT publicara, en 2019, la primera imagen de un agujero negro, conocido como M87* y situado en el centro de la galaxia distante Messier 87.
Los dos tienen un aspecto bastante similar, a pesar de que el del centro de nuestra galaxia es más de mil veces más pequeño y ligero que M87*.
"Tenemos dos tipos de galaxias completamente diferentes y dos masas de agujeros negros muy distintas, pero cerca del borde de estos agujeros negros los dos son asombrosamente similares", apunta Sera Markoff, vicepresidenta del Consejo Científico del EHT.
Esto demostraría que la relatividad general de Albert Einstein es la que gobierna estos objetos a pequeña escala, y cualquier diferencia que veamos a escalas mayores ha de venir por diferencias en el material que rodea a los agujeros negros.
"Lo sorprendente es lo bien que coincide el tamaño del anillo con las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein", coincide Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taipéi.