La Policía lanzó un bote de gases lacrimógenos contra el dos veces candidato opositor a la Presidencia de Venezuela Henrique Capriles, cuando intentaba proseguir la marcha hacía sede del Poder Electoral en el centro de Caracas, cuyos accesos estaban cortados por los agentes.
Capriles, también gobernador del estado de Miranda, recibió una descarga de un líquido del bote de gases lanzado por un agente de Policía Nacional Bolivariana (PNB) cuando intentaba negociar el paso de la manifestación opositora que encabezaba hacia el centro de Caracas.
Portavoces de la oposición dijeron que el líder opositor fue trasladado a un centro asistencial. Capriles se encontraba en la principal autopista de Caracas, que cruza toda la capital venezolana, y ya había avanzado hasta los límites del municipio Libertador donde se ubica la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), donde gobierna el alcalde chavista, Jorge Rodríguez.
El gobernador intentó distraer a un grupo de policías para pasar al otro lado de la ciudad junto a dos docenas de manifestantes, pero fue detenido por los agentes, con las que intentó forcejear, hasta que recibió la descarga de gas mientras otros funcionarios disparaban botes lacrimógenos al aire.
La Policía ha cargado con gases lacrimógenos y perdigones, pese a que se trataba de una marcha pacífica que pretendía llegar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) para reclamar contra sus rectoras, que han paralizado el proceso del revocatorio por órdenes de Nicolás Maduro.
CAPRILES SE RECUPERA
El secretario ejecutivo de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Jesús Torrealba, que hoy se manifestaba con Capriles, dijo a la emisora Unión Radio: "Lamentablemente se produjo esa situación. Fue afectado nuestro hermano Henrique Capriles con un “paralizador” que fue dirigido a su rostro". Según él, Capriles "se está recuperando satisfactoriamente" del suceso.
La manifestación pretendía presionar al CNE para que pase a la segunda etapa de trámites del proceso para un referendo de revocación del mandato del presidente, Nicolás Maduro.
Mientras se desarrollaba este suceso, seguidores del Gobierno chavista se manifestaban por las calles del centro de Caracas en respuesta a una convocatoria hecha por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Un muro de policías y militares ha dividido a Caracas, dejando a un lado a 3.000 opositores y, al otro, a una marcha oficialista convocada a última hora