La primera ministra británica, Theresa May, afronta este martes la votación en el Parlamento del acuerdo que ha consensuado con Bruselas para la salida de la Unión Europea con indicaciones de que será rechazado.
Si no sale adelante
Si el tratado no sale adelante y el Parlamento no consensúa una solución, el Reino Unido se sumirá en "una crisis constitucional sin precedentes", que puede costarle el cargo a la primera ministra, cuenta a EFE Matthew Goodwin, profesor de Política en la Universidad de Kent. En opinión de David Moon, politólogo de la universidad de Bath, "si pierde la votación, May se quedará sin autoridad, significará que no ha logrado que el Parlamento apruebe la legislación más importante de los últimos tiempos en el Reino Unido".
Si pierde por poco margen
Si es por poco margen, se espera que May, que hasta ahora ha demostrado habilidad para aferrase a su puesto, comparezca ante el Parlamento en el plazo de tres días hábiles -máximo el 21 de enero- para presentar un plan alternativo. La prensa apunta que podría viajar a Bruselas el 16 de enero para obtener nuevas concesiones, a fin de seguir al mando del proceso del "brexit".
Si el rechazo es absoluto
Si la derrota es absoluta, la líder conservadora "estará bajo una gran presión para dimitir y convocar elecciones generales", al menos por parte de la oposición, que ya ha adelantado que prepara una moción de censura, señala Goodwin. El Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha dicho que espera el momento adecuado para presentar esa moción -cuando crea que puede ganarla-, que podría provocar la caída del Ejecutivo e impulsar unos comicios.
"Corbyn quiere unos comicios porque cree que, con el Gobierno en caos, podrían ganarlos, aunque fuera por poco, y formar un gobierno en minoría o en coalición con el Partido Nacionalista Escocés (SNP), también de izquierdas", apunta el experto de la universidad de Kent.
La primera ministra, que en diciembre sobrevivió a una moción de confianza dentro de su propio partido, "parece decidida a seguir adelante", manifiesta Goodwin. El futuro de May dependerá sobre todo de los actos de sus propios colegas "tories", cuyo respaldo logró por los pelos en diciembre con la promesa de que no se presentará a las elecciones de 2022.
También de sus socios parlamentarios del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, opuestos al acuerdo que se vota mañana pero que en principio la respaldarían ante una posible moción laborista.
Si no hay comicios y prosigue el actual proceso iniciado con Bruselas, los expertos predicen que podría tener lugar una crisis constitucional puntual por la falta de consenso en los Comunes sobre un acuerdo o camino alternativo al del Gobierno. En ese caso, ven cada vez más probable que los diputados opten por volver a consultar al pueblo mediante un segundo referéndum, tras el que dio la victoria al 'brexit' en 2016.