Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres que eran esclavizadas las 24 horas de cada uno de los siete días de la semana.
En concreto, se ha detenido a cuatro personas en Madrid por los delitos de Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, detención ilegal y pertenencia a organización criminal. Asimismo, se ha liberado a dos víctimas.
La organización captaba a las mujeres a través de sus familiares directos y de páginas web que ofertaban servicios sexuales y se aprovechaba de su vulnerabilidad económica y personal, dada la situación precaria en que se encontraban las víctimas tanto en su país de origen, principalmente Sudamérica, como en territorio nacional.
Una vez la víctima contactaba con los responsables, la red criminal la citaba para una entrevista personal con uno de los líderes. Así, las engañaban con falsas promesas de ganar elevadas sumas de dinero, horarios reducidos, autonomía a la hora de seleccionar los servicios sexuales y completa libertad de movimiento y horario.
Igualmente, se les aseguraba que únicamente entregarían un porcentaje mínimo de sus ingresos como simples honorarios de publicidad.
Sin embargo, cuando las mujeres llegaban a los prostíbulos que el entramado regentaba, se les explicaban las condiciones reales y deplorables a las que debían someterse, un severo régimen cercano a la esclavitud, según ha detallado la Policía Nacional en un comunicado.
Las víctimas eran debían trabajar las 24 horas los siete días de la semana, tenían que dormir con ropa sensual y estar siempre maquilladas por si se presentaba algún cliente. Si este venía de madrugada, las demás mujeres tenían que salir de la habitación o esconderse en el baño para que la compañera ejerciera la prostitución en ese mismo momento.
De la cantidad que se pagaba por cada servicio sexual, entre 60 y 120 euros, las víctimas sólo se quedaban con 25 euros como máximo, ya que la regente de la casa cobraba directamente al cliente. Con este ingreso debían hacer frente a su manutención, enseres y hasta pagar el papel higiénico.
AMENAZAS Y CASTIGOS
Además, las víctimas no podían rechazar ningún tipo de servicio sexual y eran castigadas con una penalización en caso de que algún cliente no quedara satisfecho. Este castigo consistía en la realización de otro servicio gratuito para la organización, ya que los implicados se quedaban con el importe íntegro del nuevo servicio.
Los integrantes de la red las amenazaban con armas blancas, las intimidaban con la deportación debido a su situación irregular en España y humillaban a quienes se quejaran o pidieran salir de la casa. También las encerraban hasta que se sometieran y cada día les obligaban a consumir sustancias estupefacientes.
Además de los atención a dos de las víctimas y la detención de cuatro de los responsables, en el marco de la operación, la Policía también ha realizado tres diligencias de entrada y registro y se han intervenido más de 5.000 euros en efectivo, tres balanzas de precisión, seis terminales telefónicos y diversa documentación relacionada con la investigación.