El restaurante centenario Lhardy (1839), ubicado en la céntrica carrera de San Jerónimo, intenta resistir pese a la pandemia de coronavirus y renegociar sus deudas al entrar en un preconcurso de acreedores para intentar remontar su situación.
Así lo ha confirmado un gerente del restaurante que ha señalado que el "remate" a su situación lo ha ocasionado la pandemia, aunque llevan diez años con "problemas" por las obras en el entorno del complejo Canalejas.
El gerente ha señalado que han entrado en un preconcurso de acreedores y su idea es continuar con el negocio pese al Covid-19, en una información avanzada por el diario El Mundo.
En esta línea, ha destacado que se han adaptado a la pandemia y han puesto en marcha todas las medidas de seguridad sanitarias, aunque notan la bajada en el turismo nacional e internacional. "Abrimos solo al mediodía y con el 50%", ha indicado.
Los trabajadores de Lhardy han constatado también la bajada de la clientela al no contar un terraza y han señalado que entre semana en la zona "hay muy poco movimiento". "Mientras no se abra el turismo es complicado", ha apostillado el gerente.
Asimismo, ha trasladado su intención de mantener el emplazamiento del restaurante porque no tendría sentido cambiarlo de lugar, ya que cuenta con la decoración de la época, y ha asegurado que sería "como cambiar de sitio el Palacio Real".
En la ciudad se conservan 12 establecimientos de este tipo agrupados en la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid (RCM). Son Bodega de la Ardosa (1892), Restaurante Botín (1875), Café Gijón (1888), Casa Alberto (1827), Casa Ciriaco (1887), Casa Labra (1860), Casa Pedro (1825), La Casa del Abuelo (1906), Lhardy (1839), Malacatín (1895), Posada de la Villa (1642) y Taberna Antonio Sanchez (1787).