Se cumplen dos décadas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid y tres de los 18 condenados continúan en prisión cumpliendo una larga condena que vence dentro de 20 años, en 2044, mientras que otros nueve están fuera de España, tras ser expulsados a sus países cuando cumplieron su castigo.
El horizonte penitenciario de los tres acusados sobre los que cayeron las condenas más abultadas todavía es largo; finaliza entre el 2 y el 19 de marzo de 2044 tras ser sentenciados a penas de entre 42.924 y 34.715 años de cárcel, con un máximo de cumplimiento de 40 años, según la legislación española, informan fuentes de la Audiencia Nacional.
Tres años después de los atentados, la Audiencia Nacional dictó las penas más altas para Othman El Gnaoui -42.924 años- y Jamal Zougam -42.922 años-, ambos de nacionalidad marroquí y sentenciados como autores de 191 asesinatos consumados, 1.856 asesinatos en grado de tentativa y cuatro delitos de estragos terroristas.
El primero terminará de cumplir su condena el 19 de marzo de 2044 y el segundo unos días antes, el 2; ambos continúan en primer grado penitenciario, con principio de flexibilidad en el caso de El Gnaoui, según las fuentes.
El tercero que sigue en prisión es José Emilio Suárez Trashorras, el minero que facilitó los explosivos con los que se perpetraron los atentados y que fue condenado a 34.715 años.
Cumplirá condena el 3 de marzo de 2044 y es el único de los tres que ha pasado de grado penitenciario; está en el segundo, según los datos de la Audiencia Nacional.
Actualmente está interno en el Centro Penitenciario de Asturias y, según adelantó el diario El Comercio hace unos días, ha solicitado recientemente acogerse a la ley de eutanasia ante la falta de tratamiento médico adecuado para su salud mental y la larga condena que afronta.
Quince condenados en libertad
A lo largo de los veinte años que han pasado desde los atentados, quince condenados han ido cumpliendo sus castigos y saliendo de prisión, la mayoría en la última década: hace 10 años aún catorce de los dieciocho seguían entre rejas.
De esa quincena, ocho fueron expulsados a su país cuando la Audiencia Nacional les practicó el licenciamiento de la pena; y uno más, Hassan el Haski, fue extraditado a Marruecos en marzo de 2014 tras vencer su condena, al estar reclamado para cumplir otra pena de prisión.
En este grupo se encuentra Rafa Zouhier, sentenciado a 10 años por suministrar los explosivos con los que se perpetraron los atentados y que fue expulsado a Marruecos el 16 de marzo de 2014, inmediatamente después de ser excarcelado de la prisión de Puerto de Santa María I (Cádiz), donde contrajo matrimonio con una mujer española.
Dos años después ocurrió lo mismo con Fouad el Morabit (12 años) y ya en 2017 con Saed el Harrak (12 años) y Youseff Belhadj (12 años), condenados los tres por pertenencia a banda armada.
Hace apenas dos años, en mayo de 2022, las autoridades españolas entregaron a Marruecos a Rachid Aglif, tras cumplir los 18 años de cárcel por los que fue condenado por delitos como pertenencia a banda armada y tenencia o depósito de explosivos.
Un año después, el 12 de septiembre de 2023, vencía la condena a 18 años de prisión que la Audiencia Nacional impuso a Abdelmajid Bouchar, detenido en Serbia en 2005 tras escapar del piso de Leganés (Madrid) en el que se suicidaron siete miembros del comando islamista autor de la masacre, cuando al bajar la basura se percató del cerco policial.
La lista de expulsados la completan Hamid Ahmidan (13 años) y Mohamed Bouharrat (12 años).