El buque oceanográfico equipado con un sonar y un robot submarino ha localizado este lunes en la zona donde se busca a las niñas Anna y Olivia, desaparecidas hace casi seis semanas, una botella de oxígeno y una sábana bajo el mar, informaron fuentes próximas a la investigación.
Estos dos objetos serán analizados para comprobar si tienen relación con los hechos, y en el caso de la botella de oxígeno, si pertenece al padre de las niñas, Tomás Antonio G.C., aficionado a la pesca submarina.
Las fuentes detallan que las botellas de oxígeno que se usan en submarinismo llevan un número de identificación y que cada vez que se rellenan se llevan a un lugar específico para comprobar si la presión es correcta, lo que queda registrado.
Este hallazgo se ha producido en el que en principio estaba previsto como último día de inspección del buque Ángeles Alvariño, cedido por el Instituto Español de Oceanografía, frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife, que es donde ha realizado un rastreo en una superficie de unas diez millas cuadradas.
Fuentes de la investigación han trasladado que la Guardia Civil solicitará que se amplíe el periodo de búsqueda con el buque oceanográfico a tenor del avance que podría suponer este hallazgo.
La zona elegida para realizar el rastreo en el mar fue consensuada por la tripulación del Ángeles Alvariño y por la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio G.C. la noche del 27 de abril, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones.
En ambas, zarpó solo, sin la compañía de sus hijas, y fue visto embarcando varias maletas y bolsas que había traído en su coche.
La Guardia Civil ha realizado en las últimas jornadas una exploración con un equipo especial para hacer una simulación 3-D a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad del puerto para determinar el tamaño y el peso aproximados de los bultos que cargó el padre en su lancha aquella noche.
De vuelta de la primera de sus incursiones al mar, Tomás Antonio G.C. fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción porque se estaba saltando el toque de queda. Los agentes no encontraron nada sospechoso, pues a esa hora la madre aún no había denunciado la desaparición de las niñas.
Tras comprar un cargador para el móvil en una gasolinera cercana, el padre se embarcó de nuevo y su lancha fue localizada dieciséis horas más tarde a la deriva, vacía y sin ancla frente al Puertito de Güímar. Al cabo, fue hallada una silla de retención infantil perteneciente a la menor de las niñas.