Los Veintisiete han dado este lunes su visto bueno a la nueva directiva que impondrá el cargador único USB-C a partir de otoño de 2024 a la gran mayoría de dispositivos electrónicos portátiles, incluidos teléfonos, tabletas, cámaras digitales, auriculares y consolas de videojuegos; cumpliendo así el último trámite para su firma y posterior entrada en vigor.
"Todos tenemos al menos tres cargadores de móvil en casa (...). Suman 11.000 toneladas desechos electrónicos al año, por eso tener un cargador que se adapte a varios dispositivos ahorrará dinero, tiempo y reducirá la basura electrónica", ha destacado el ministro de Industria y Comercio de República Checa, Josef Síkela, cuyo país ocupa este semestre la presidencia de turno de la UE.
Con el aval de los ministros este lunes a la posición favorable también adoptada este octubre por el pleno de Parlamento Europeo, la nueva norma queda adoptada a falta de la firma definitiva de las instituciones y publicación en el Diario Oficial de la UE para que entre en vigor "24 meses después de su entrada en vigor", esto es, previsiblemente en otoño de 2024.
La nueva norma se aplicará con independencia del fabricante a todos los teléfonos móviles, las tabletas, las cámaras digitales, los auriculares, los libros electrónicos, los teclados y los ratones, así como las consolas de videojuegos, altavoces, sistemas de navegación y ordenadores portátiles.
De hecho, durante las negociaciones se añadieron a la lista de productos que no fueron contemplados por la Comisión Europea en su propuesta inicial, como eReaders, miniauriculares inalámbricos, teclados o dispositivos de navegación.
También será obligatorio el cargador universal para ordenadores portátiles, si bien en este caso las instituciones europeas han previsto un periodo adicional de 18 meses desde la entrada en vigor de la norma para dar al sector tiempo suficiente de adaptación.
Uno de los objetivos de la nueva legislación es reducir la basura electrónica en la Unión Europea y evitar que los consumidores tengan que adquirir cables y cargadores nuevos con cada compra de dispositivo, ya que a partir de la reforma el usuario podrá elegir con cada compra si incluir o no un artículo de carga.
Según los datos de la UE, cada año se generan entre 11.000 y 13.000 toneladas de residuos electrónicos en el espacio comunitario y con la generalización del cargador único los europeos podrán ahorrarse unos 250 millones de euros en soluciones de carga innecesarias.
Con todo, se prevén excepciones para que queden exentos los artículos que por ser demasiados pequeños no serían compatibles con ese modelo de puerto, como es el caso de los relojes inteligentes y los monitores de actividad y otros aparatos para la práctica deportiva. Los miniauriculares que formaban parte de la excepción en la propuesta de Bruselas finalmente no quedarán exentos y deberán ser compatibles con el cargador universal.
Entre las novedades, también se incluye la obligación de informar y etiquetar de forma clara las opciones de carga, así como indicar si el producto viene con cargador, con el objetivo de evitar confusiones y facilitar la elección.
Además, la velocidad de carga también queda armonizada para dispositivos que admiten carga rápida, lo que permitirá a los usuarios cargar sus dispositivos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible.
Conscientes del uso cada vez más frecuente de cargas inalámbricas en los dispositivos comercializados en la UE, la Eurocámara y los Veintisiete han emplazado a la Comisión a actualizar la regulación cuando existan soluciones de carga compatibles con diversos fabricantes.