El exceso de mortalidad en mayores supera los niveles de los meses más graves de la pandemia en 2020 y se calcula que ha habido casi 10.000 fallecimientos más de los previstos, 2.124 de ellos son atribuibles a las altas temperaturas, según el Instituto de Salud Carlos III.
Entre los factores del aumento, con casi 41.000 muertes en el mes de julio, se encuentran la séptima ola de covid y las olas de calor extremo, pero la mayoría de los decesos no previstos no han sido explicados con motivos directos.
Salvador Casado, médico de familia, explica que la temperatura elevada debe mantenernos alerta ya que "la temperatura es una variable que nos afecta a todos, pero los que más sufren son lo más mayores y los más enfermos, porque el calor elevado pone el cuerpo al límite, produce vasodilatación y hace que se altere la tensión".
Los jóvenes y fuertes se aclimatan y se adaptan, "pero los mayores sufren más la difícil adaptación". Esta semana, en Córdoba, un municipio ha alcanzado el récord máximo de España con 47 grados, una temperatura casi incompatible con la vida que, como recomienda Salvador Casado, “hay que evitar, evitando estar en la calle y evitando siempre las horas fuertes de calor”.
Los mayores “que no olviden la hidratación y la ayuda para tratar de hacer los menos esfuerzos posibles”. Así como las personas más vulnerables.