En los últimos años, España se ha convertido en uno de los países más caros para celebrar una boda. Pasar por el altar cuesta, de media, 22.000 euros, un gasto solo por debajo del de Estados Unidos.
¿Cómo ha afectado, además, la inflación? La coordinadora del Complejo para celebración de eventos La Cigüeña explica que “el precio depende de variables que lo encarecen, como querer que sea un sábado, por ejemplo”. “De media, el invitado sale a entre 100 y 150 euros, pero tenemos diferentes packs con todo incluido que permiten ahorrar en el presupuesto total”.
Confirman que cada vez se reduce más la lista de invitados, pero “puede deberse a que cambia la mentalidad de las parejas, que invitan a menos personas por compromiso”. “La gente busca personalizar el evento y añadir detalles, por ejemplo, tener un puesto para hacer tatuajes, espectáculos durante la barra libre, etc.”.
El organizador de bodas José Ramírez declara que los meses de primavera y verano llegan “con muchísimas bodas”, pero “no tantas como en la locura de justo después de la pandemia, se ha estabilizado un poco”.
En cuanto a presupuestos, coincide en que “entre 22.000 euros y 30.000 euros, dependiendo de los añadidos y sí, con menos invitados, lo normal es menos de 200”.