El tejido empresarial español, compuesto sobre todo por pequeñas y medianas empresas de menos de 250 empleados, pasa por un periodo de "vulnerabilidad" y "la situación más difícil" desde 2014.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) avisa de que la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas se ha “desplomado”, situándose en niveles de hace seis años. A pesar de que ha aumentado la actividad, "es mucho menos rentable".
Según Fermín Albadalejo, presidente de la Confederación de Asociaciones de Jóvenes Empresarios: "No encontramos los trabajadores que necesitamos y tenemos gastos más altos. El sector del comercio sufre".
"Una peluquería está pagando el doble de factura de la luz de lo que pagaba el año pasado", explica, "y esto va al margen de cuentas de la empresa, incluso llegando a pérdidas".
Sobre la falta de trabajadores y las cifras del paro, considera que "hay que reconvertir a los parados, esos casi tres millones de personas que quieren trabajar y no pueden hay que volver a formarlos".
Insiste en que la Formación Profesional en España "es clave para formar a los trabajadores" y que se incorporen a las empresas que los demandan. "Creo que con los jóvenes lo estamos haciendo mal, están muy formados y no pueden optar a un puesto", declara.
Los empresarios denuncian los problemas causados por la subida de precios y destacan factores como el aumento de los costes laborales, los niveles de endeudamiento o la reducción de los márgenes empresariales.
Con una "productividad muy débil", las empresas pequeñas reclaman "ayudas directas" para hacer frente a la inflación.