Tomar frutas ricas en agua como la sandía es sano y delicioso, pero cada vez más caro. Un descenso en la producción, la alta demanda por las temperaturas de verano y la subida de precios derivada de la inflación han causado el encarecimiento de frutas como la sandía, el melón o los plátanos.
Una sandía de 5 kilos puede salirnos a más de 10 euros en fruterías y grandes supermercados. Este tipo de frutas son perfectas para combatir las olas de calor y evitar la deshidratación. Por eso, los nutricionistas como Mónica Barreal recomiendan "intentar consumirlas, aunque sea en menor cantidad y frecuencia" y "estar atentos a la alimentación e hidratación de niños y mayores, porque su sensación de sed es menos fiable".
Dentro de la lista de alimentos que más se han encarecido en los últimos meses destacan el pan, los cereales, los huevos y las carnes, pero también las frutas. Sin embargo, las legumbres y hortalizas pueden encontrarse con precios más económicos. La nutricionista aconseja "consumir otros alimentos de origen vegetal que están más baratos como los guisantes, garbanzos o acelgas".
Otro consejo para el día a día es "comprar la fruta antes del punto de maduración y, si se nos ha pasado, consumirla en batidos o zumos".