Una nueva ley directa desde la Unión Europea entrará en vigor esta semana para obligar a que sea la industria del tabaco la que pague la factura de la limpieza de las colillas.
La gestión de esa limpieza debe ser de los propios Ayuntamientos, según la normativa internacional, "ya que la industria del tabaco no puede tener relación con la administración", explican desde la organización No fumadores.
"Esto de fumar en calles y playas y dejarlo todo lleno de colillas no pasa en toda Europa y a muchos turistas les choca al venir a España", lamentan, "no ha habido suficiente voluntad política para acabar con esto, porque con las multas se frenaría".
"Una multa por tirar colillas haría que la persona se lo piense dos veces", declaran, "pero la colilla no solo es basura que ensucia, también contamina, porque además de plásticos tiene sustancias tóxicas que llegan a nuestra agua y nos lo terminamos comiendo nosotros", añade Raquel Fernández, presidenta de Nofumadores.org.
En España se consumen unos 1.499 cigarrillos al año por persona de media, por encima del consumo de vecinos como Francia o Portugal. Los cigarrillos tardan más de diez años en degradarse y durante ese tiempo contaminan la naturaleza, principalmente el agua marina y dulce. Una sola colilla puede contaminar más de 50 litros de agua dulce. Además, el tabaco sigue siendo la segunda sustancia tóxica más consumida entre los 14 y los 18 años.