Los cigarrillos de "vapeo", con o sin nicotina, están ya por todas partes. Los menores de edad pueden hacerse con ellos por unos siete euros y "parecen una cosa inofensiva porque son de colores y saben a chuchería o a frutas". Sin embargo, los neumólogos alertan de que son peligrosos y dañan la salud.
Esta tendencia consiste en inhalar vapor de un artefacto que simula un cigarrillo electrónico y que destaca por la variedad de sabores que ofrecen. Los hay de usar y tirar, los más baratos, y pueden encontrarse fácilmente en tiendas y bazares, no solo en estancos.
El neumólogo Carlos Egea avisa de que no son inocuos, "contienen sustancias tóxicas y cancerígenas que inhalan las personas que vapean". "Los chavales no saben lo malo que es inhalar esto, estamos dando charlas para que se informen y están alucinando", cuenta.
Los ingredientes y el mecanismo hacen que sea peligroso
"Se vende como una sustancia que no hace daño y sabe rico, ahí está el engaño", explica Egea. "Tienen un calentador que calienta una sustancia que lleva glicerina y penetra mucho más profundo que una calada en el pulmón. Se atomiza y llega hasta lo más profundo del pulmón. Las células del organismo transportan esa sustancia a diferentes partes del cuerpo".
El neumólogo considera que debería haber más información y más control para explicar que "parece que el humo es agua y no produce daño, pero fumar una cachimba ya es como fumarse un paquete entero de tabaco".