En Francia, desde este lunes, es habitual ver cómo se pide ya al certificado Covid a los clientes de bares, restaurantes o a quienes viajen en tren en media y larga distancia.
También en Italia se extiende su uso de este famoso salvaconducto, pero, casi de forma paralela, proliferan los certificados falsificados.
La policía italiana ha destapado una trama que vendía estos certificados falsos a través de la aplicación de ‘Telegram’.
Es importante recordar que en Italia se pide la inmunización completa para entrar en bares, piscinas, gimnasios o cines y solo había que esperar 3 días laborables para obtenerlo.
Para conseguir estos salvoconductos falsificados tenían médicos que colaboraban rellenando un certificado falso de vacunación. El pago tenía que ser con criptomonedas o vales de compra en plataformas de comercio digital y el pecio variaba de 150 a 600 euros.
Por esta trama ya hay cuatro detenidos, dos menores de ellos menores y a todos se les acusa de delitos de estafa y falsificación.
¿Podríamos enfrentarnos en España a un escenario similar si se solicitase el carnet de vacunación para entrar en algunos establecimientos?
“Prácticamente desde que arrancó la pandemia se generó una necesidad y cuando se genera una necesidad se genera un delito, es algo que ocurre en todos los ámbitos de la delincuencia”, nos ha contado el periodista de investigación Alfonso Egea.
En nuestro país ya hubo una persona detenida por diseñar pruebas PCR ilegales falsificando los datos de los pacientes.