Manuel y Mónica son un padre y una hija a los que une una pasión, además del amor familiar: el volante y la velocidad. Ambos son pilotos de rallys y hace 15 días han finalizado su segunda participación conjunta en el Dakar, el rally más importante del mundo.
Los hemos vuelto a juntar en Buenos Días para que nos cuenten cómo es la experiencia vital de una vocación común padre-hija:"Mis padres se fueron junto con un Opel Corsa al Polo Norte cuando estaba yo en la tripa de mi madre", comenta Mónica Plaza, de 25 años, que asegura que el Dakar ha sido de nuevo una experiencia inolvidable.
"Hemos acabado el Dakar supercontentos y con ganas de repetir; ya estamos trabajando para el siguiente".
Por su parte, Manuel, un experimentado piloto de coche y motos que se inición en el mundo de la competición en 1993 -en el Campeonato de España de Rallyes TT-, no puede negar la felicidad que supone compartir hobby con su vástaga.
"Me siento un afortunado porque compartir la pasión que tú tienes con tu hija es una pasada para cualquier padre", aunque matiza la dificultad del reto: "Compartir las 24 horas del día en 2 metros cuadrados con cualquier persona...llega un momento en que o la relación es muy buena o estalla".