Ucrania vive sus horas más difíciles desde el inicio de la guerra. El presidente Volodomir Zelensky ha reconocido que la situación en su país es "muy difícil" y que mueren "entre 60 y 100 soldados en el frente por día”.
En efecto, la situación es extremadamente difícil, especialmente en la región del Donbás con la ciudad de Severodonetsk como objetivo prioritario de los rusos. La artillería rusa está castigando sin descanso este territorio. Se trata del último gran foco de resistencia de Ucrania en esta zona.
Según los últimos datos el 70 por ciento ya estaría bajo control ruso. El avance de las tropas de Moscú está provocando el repliegue de las unidades ucranianas que denuncian que no les están llegando suficientes armas.
Una carencia de armas que Estados Unidos trata de solucionar con el envío de misiles y que ha provocado nuevas amenazas por parte de Moscú.
Ucrania espera que la llegada de armas occidentales de mayor alcance y precisión cambie su situación en el frente, muy complicada en la región de Lugansk, donde ya solo controla el 5 % del territorio, y difícil en la vecina Donetsk, donde Rusia efectúa continuos ataques y se prepara para retomar la ofensiva sobre Sloviansk.
Amenazas de Moscú
La tensión entre ambas potencias crece aún más tras anunciar Estados Unidos del envío de sofisticados sistemas de misiles a Ucrania. Un envío que según Rusia aumenta de forma peligrosa el riesgo de una confrontación directa.
Según la Casa Blanca la ayuda militar no es para atacar territorio ruso. La califica de defensiva y que su objetivo es armar a Ucrania para evitar que los rusos consoliden sus posiciones y avanzar.