Uno de los miedos más extendidos es sufrir algún tipo de enfermedad que nos pueda afectar a la memoria, a nuestros recuerdos… nos asusta pensar que podemos llegar a olvidar nuestra propia vida.
Es una creencia muy habitual, y errónea, pensar que estos problemas llegan con la vejez, pero lo cierto es que estos problemas pueden empezar mucho antes. Aunque no lo creamos, está en nuestra mano poder prevenirnos.
Aunque nos sorprenda el deterioro de nuestra memoria puede empezar a los 20 años, desde que nacemos nos preparamos para lo que va a venir. Aunque la edad también va en función de cómo hayamos preparado nuestra mente.
Las enfermedades neurodegenerativas, psiquiátricas, los daños vasculares en el cerebro, la falta de vitamina B12, el insomnio o el aislamiento social ayudan a que la memoria se deteriore.
Por tanto, ¿cómo podemos prevenir la pérdida de memoria? El ejercicio, una alimentación, dormir bien, las relaciones sociales y activar la mente a través de la lectura y la escritura ayuda a nuestro cerebro y nos ayudan a no olvidar.