El presidente del París Saint-Germain, el catarí Nasser Al-Khelaifi, protagonizó un episodio de ira tras la eliminación de su equipo ante el Real Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones, según informa Movistar+.
Al-Khelaifi bajó desde el palco a la sala habilitada para los equipos invitados al estado Santiago Bernabeu. El dirigente del conjunto parisino llegó a la zona dando golpes y gritos y en busca del árbitro. Sin embargo, el mandatario catarí se equivocó y entró en el despacho de Carlos Mejía Dávila, delegado de campo del Real Madrid, según informó Movistar+ en su canal Liga de Campeones.
La plataforma de TV agrega que algunos de los presentes tuvieron que pedir ayuda para proteger a algunas personas que estaban por allí
Rompió el banderín de un asistente tras el partido, según acta
Nasser Al-Khelaïfi además mostró su enfado por la decisión de los colegiados de no señalar falta de Karim Benzema sobre el italiano Gianluigi Donnarumma en el 1-1 del Real Madrid, que fue el inicio de la remontada del conjunto blanco, intentó entrar al vestuario de los árbitros y rompiendo el banderín de un asistente, según reflejó el colegiado principal, el neerlandés Danny Makkelie, en el acta del encuentro.
“Tras el partido, el presidente y director deportivo -Leonardo- del PSG mostraron un comportamiento agresivo e intentaron entrar en el vestuario de los árbitros. Bloquearon la puerta y el presidente, deliberadamente, golpeó la bandera de uno de los asistentes, rompiéndola”, escribió el árbitro.
Al-Khelaïfi ya bajó al vestuario de los colegiados tras el partido de ida para pedir explicaciones, pero este miércoles la tensión se elevó al confirmarse la eliminación del PSG de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Según pudo saber Efe de fuentes del Real Madrid presentes en la escena, el catarí bajó “gritando” y amenazó a un empleado del conjunto blanco a gritos de “voy a matarte” por estar grabando dicho momento, que será analizado por la UEFA tras pedir al Real Madrid el vídeo del momento.
Un Al-Khelaïfi al que, según dichas fuentes, calmaron sus propios guardaespaldas. Pero fue también Leonardo el que mostró su ira y, gritando, exigió borrar las imágenes del móvil, que cayó al suelo en la trifulca.