Se llama Ginesa López (Javalí Viejo, Murcia, 29 de septiembre de 1980), pero prefiere que le llamen Kuki y lo tiene claro: "Mi forma de ser y mi carácter son fuertes, me considero una persona muy enérgica, soy happy, disfruto de la vida". Así ha conseguido hacerle frente a las adversidades: "Le saco el lado positivo de lo malo que se pueda presentar en la vida".
Toda la vida llevando haciendo deporte. Comenzó practicando gimnasia rítmica hasta que un accidente le llevó a conocer el ciclismo. Estaba haciendo escalada cuando resbaló y se partió el tobillo: "Tuve como seis operaciones entre 2012 y 2016. Perdí la capacidad funcional, no había movilidad articular, así que tuve que decir adiós a la escalada tras cinco años de estar inoperativa".
Ahí empezó a utilizar la bicicleta para desplazarse de clínica a clínica: "El ciclismo me sirvió para salir de ese golpe tan duro que me dio la vida".
Practicaba en bici sola hasta que un día le detectaron una discapacidad visual. "Tengo retinosis pigmentaria desde hace dos años, tengo el mismo problema que mi abuela, mi madre y mi hermana. Tengo, por ahora, un buen resto visual para el día a día pero me afecta a la agudeza, veo imágenes borrosas", comenta.
"Intento sacar el lado bueno de esa enfermedad y disfrutar de lo que se me está brindando gracias a una iniciativa del equipo promesas Cofidís", añade.
El equipo francés le dio la oportunidad de participar en campeonatos nacionales y europeos, y de formar parte de la selección española paralímpica, con la que quiere brillar.
"Me he marcado ese objetivo, me encantaría conseguir una plaza para participar en los Juegos de Tokio 2020. Seguro que lo consigue con su afán de superar los miedos: "Con mi discapacidad visual, mis piernas que no me fallen y mi mente, voy a ir a por todas".