Lucía Gaitán tiene un instinto natural con los caballos. "Llevo montando desde que tenía tres años", confiesa. Le regalaron a Campanilla LXXXV que cambió su vida y escribió una historia que parece salida de un cuento.
"Empezé con él y poco después ya estaba compitiendo", comenta. Conectaron de forma especial y avanzaron rápidamente en su nivel técnico. Tuvieron momentos duros, pero se hicieron con triunfos importantes en multitud de concursos.
Sin embargo, su andadura se truncó por un cólico que de su caballo. Un momento que llegó sin quererlo. Tres años a su lado que se acabaron por una grave enfermedad.
Cambió de caballo, le costó mucho, "pero lo hago por Campanilla", concluye.