El nombre de Ciempozuelos no es casualidad. Su peculiar subsuelo está cargado de historia. Fiel a su nombre, oculta en su subsuelo una extensa red de cuevas y minas construidas por el hombre en el siglo XIV.
Una intrincada red de pasadizos kilométricos que cruzan el pueblo y que tienen aproximadamente 1,50 metros de ancho.
Estas amplias cavidades han sido adaptadas por los vecinos para diversos propósitos: desde servir como conductos de agua hasta su uso como bodegas y para la conservación de alimentos.
Estos canales también sirvieron para reconducir los manantiales hasta la Vega de Ciempozuelos, dando abastecimiento de agua a las cosechas.