¡Qué desconocido y que personajón es Alonso Cano! Granadino universal, como Lorca, y uno de los mejores artistas del Barroco español. Fue compañero de clase de Velázquez. ¡Imaginaos la pareja! Se hicieron amigotes para toda la vida.
Alonso Cano era un Quevedo de la pintura. Se le ha dibujado como un canalla, un tipo pendenciero, tan bueno con los pinceles como con la espada. Le encantaba la noche, la juerga, el vino y las mujeres. No necesariamente por ese orden.
Era un artista tan grande que Felipe IV quiso darle un puestazo en una catedral. El arzobispo se negó, diciendo que solo podía ostentar ese cargo si estaba ordenado sacerdote. Felipe IV le dijo: “Sepa que el Rey de España puede hacer cuantos obispos le plazca... pero Alonso Cano solo lo pudo hacer Dios.
Alonso Cano era un tipo muy desprendido. Aunque nunca tenía un duro (o un maravedí) Cuando encontraba algún pobre necesitado, le dibujaba cualquier cosilla en un papel (que solía ser una obra maestra) y le decía: “Vaya a casa de
Fulano y dígale que le dé tanto por este dibujo”. Alonso Cano murió solo y más pobre que las ratas. Una tendencia en nuestros más grandes artistas.