Don Gregorio Marañón tiene una estación de metro pero se merece mucho más. Un aeropuerto o incluso una estación espacial. Además de escritor y periodista fue uno de los mejores médicos de España. ¡Era famosa su capacidad para diagnosticar a simple vista! Un día un señor fue a su consulta. Marañón, sin ni siquiera auscultarle, le dijo que se afeitase el bigote y se curaría. El paciente, algo extrañado, lo hizo y volvió días después, tan sano como sorprendido. Don Gregorio le explicó que la culpa la tenía el tinte venenoso que usaba en el bigote. Ya veis que, a veces, la coquetería puede resultar catastrófica para la salud. Marañón era un intelectual pata negra. Estuvo muy implicado en la política. Y
fue miembro de las academias nacionales de Lengua, Historia, Medicina, Bellas Artes y Ciencias Exactas. ¡Toma ya! ¿De dónde sacaría el tiempo?