En el Parque de Berlín hay unos bloques de hormigón, retales de la historia del siglo XX y pedazos de la más cruda guerra fría. Estos trozos formaban parte del Muro de Berlín, que partió en dos la ciudad durante 28 años.
Tras la II Guerra Mundial Alemania quedó dividida. Muchos de los que habían quedado en la zona Oriental empezaron a mudarse a la vecina zona Occidental.
El gobierno comunista no estaba dispuesto a tolerar tanta deserción y cortó por lo sano poniendo hormigón de por medio. Durante 3 décadas el Muro fue casi infranqueable.
Las pintadas que hay en los tres bloques son originales, aunque casi nos dejan el muro como los chorros del oro Un funcionario de limpieza pensó que las habían hecho unos gamberros y trató de limpiarlas antes de la
inauguración. Menos mal que alguien se lo impidió a tiempo.