¡Nuestro familiar dios Neptuno! Ahí está, más chulo que un ocho en lo alto de la fuente de la plaza Cánovas del Castillo (oh, sí, no se llama Plaza de Neptuno, aunque todo el mundo lo crea). Con razón tiene Neptuno el pelo ondulado. Cosas de la humedad. Seguramente tiene los dedos ondulados como cuando salimos de la piscina.
Neptuno se alza, con su tridente y sus barbas. Y sin haber fichado nunca por el Atlético de Madrid, este es el lugar elegido por los colchoneros para celebrar sus triunfos y colocarle bufandas al cuello.
Pero no es lo único que le han colocado a Neptuno en el cuello. Durante la hambruna de la Guerra Civil, le colgaron un cartel que decía: "Dadme de comer o quitadme el tenedor". Una imagen divertida y a la vez triste y aterradora. Así somos los madrileños. A guasa no nos gana nadie ni en las peores circunstancias.