Todos escuchamos a diario la información bursátil. Para los no iniciados (que somos la mayoría) es un galimatías incomprensible al alcance sólo de unos pocos. Entre nosotros, ¿no habéis pensado alguna vez que en realidad ellos tampoco lo entienden?
Esa magia ocurre en Madrid en el edificio de la Bolsa de Madrid, inaugurado por María Cristina de Habsburgo en 1893. El templo del capitalismo no siempre ha estado aquí. Antes de su inauguración las sesiones de la bolsa se realizaban en un convento, en un hotel ¡y hasta en un circo, lo cual no deja de tener su gracia!
Hay que pararse delante y observar. En la fachada podemos ver dos medallones: el de Mercurio, dios del comercio, y el de Deméter, diosa de la agricultura. ¿No echáis en falta un medallón de un dios tipo "Sinundurum", el dios de los hipotecados?