La Puerta Cerrada era una pequeña puerta de la antigua muralla de Madrid. Todas las puertas de una muralla deberían estar cerradas, ¿verdad? Las autoridades medievales de Madrid descubrieron que la puerta y sus alrededores estaban llenos de recovecos perfectos para que se ocultran ladrones y otras gentes indeseables.
Hoy, en la plaza que lleva el nombe de la vieja puerta, se puede leer en una pared: "Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son". ¡¿Pero esto qué é lo que é?!
El mural hace referencia al nacimiento de Madrid. Agua, de la que hay mucha, y piedra sílex para construir. Cuando la ciudad era atacada, las flechas chocaban contra la muralla produciendo chispas. De ahí la frase "mis muros de fuego son". En 1805 se decretó la retirada de todas las cruces que interrumpían las vías de tránsito rodado. La que se ve hoy en la plaza es una de las pocas que se salvó.