En esta ruta David Botello y Lorenzo Gallardo recorren una de las calles madrileñas de más tradición, Almagro, partiendo de la Plaza de Santa Bárbara, donde se encontraba una de las puerta de entrada a la ciudad en tiempos de Felipe IV.
La Plaza de Santa Bárbara recibe su nombre por el convento mercedario que se construyó en el siglo XVII. Hoy, en la plaza se conservan entre otros edificios el Palacio de la Condesa de Guevara, que fue una de las cárceles más siniestras de Madrid.
En la glorieta anexa, Alonso Martínez, estuvo instalado entre finales del siglo XIX y comienzos del XX el Circo Colón, muy popular y más económico que el entonces aristocrático Price. Y metidos en actividades de ocio, recordamos que la calle Almagro, en la época de Isabel II, fue uno de los primeros hipódromos de Madrid.
También en esta calle se encuentra el Palacete de Adanero, levantado sobre la antigua Casa del Abreviador, primera sede de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Y cerca, en Zurbarán, está el Instituto Goethe, el Centro Alemán de Cultura.
Por supuesto, recordamos las figuras de Diego de Almagro, conquistador cohetáneo de Pizarro que tuvo una azarosa vida, y del gran filólogo e historiador Ramón Menéndez Pidal, que dirigió el Centro de Estudios Históricos. Otro ilustre que anduvo por estos lares fue Carlos María de Castro, que da nombre al palacio que él mismo construyó a mediados del XIX y al plan urbanístico que proyectó uno de los primeros ensanches de Madrid.