El periodista y escritor, José Javier Esparza, nos cuenta la historia de un personajón: Diego de Almagro. Fue el acompañante de Francisco Pizarro en la conquista del Perú. Eso ya es una movida en sí misma.
Sus cosillas empezaron bien joven cuando en Sevilla apuñaló a un criado por vaya usted a saber qué. Escucharon rumores de un rico reino llamado Birú, lo que hoy conocemos como Perú. Allá que se fue junto a su socio Pizarro. Las cosas iban bien y el Emperador Carlos I le nombró “Adelantado”.
Un respeto por Almagro que cruzó los Andes a pie, ¡que se dice pronto! Enseguida comenzaron las disputas con Pizarro que se convirtieron en abierta guerra civil. Ambos lucharon a muerte en la batalla de las Salinas, cerca de Cuzco. La lucha terminó cuando Almagro fue hecho prisionero y decapitado por orden de Pizarro. Sí, así se las gastaban en aquella época.