El Real Observatorio de Madrid fue una gran obra de Carlos III, ese amante de las ciencias. Encargó el proyecto a Villanueva, el arquitecto del Museo del Prado y del Jardín Botánico. Unos jovencísimos Patricio Escosura, Ventura de la Vega o el poeta José de Espronceda se reunían embozados como conspiradores con tan solo 15 años.
Crearon una misteriosa organización secreta llamada "Los Numantinos", que se reunía bajo la protección de las sombras en una gruta próxima al Retiro, donde ahora está el Real Observatorio de Madrid. En su ardor juvenil querían presentar una resistencia numantina contra el absolutismo de Fernando VII, vengar la muerte por ajusticiamiento del liberal Rafael Riego y fundar una república a la griega. Inocentes...
Por supuesto los pillaron. A Espronceda le cayeron 5 añitos de reclusión en un convento-prisión de Guadalajara. A las pocas semanas, su padre que era coronel, movió unos hilos y le sacaron. De haberse formado ahora, seguro que los numantinos habrían hecho un grupo de WhatsApp o un perfil de Twitter y arreando.