Las Casas de Malicia eran algo ilegal en el Madrid del siglo XVII. Esta historia arranca con la decisión de Felipe II de instalar la corte en Madrid.
Este es uno de los grandes misterios de la Historia patria. Nadie ha podido explicar por qué Felipe II acabó trayendo la corte a este villorrio mal comunicado pudiendo elegir entre Sevilla, Barcelona, Lisboa o Toledo.
Madrid tenía unos 15 000 habitantes cuando de golpe llegaron todos los funcionarios de la corte. ¡Había que alojarles! La “Regalía de Aposento” obligaba a los madrileños que tuvieran una casa con dos plantas a ceder el piso de arriba gratuitamente al funcionario de turno y a su familia.
Los madrileños se escaquearon como pudieron. Los que tenían dos plantas, cambiaron a toda prisa la fachada y el tejado para que pareciera que solo tenían una. La idea era engañar a los inspectores reales. De ahí su nombre “Casas de Malicia”.