La Plaza del Dos de Mayo es hoy una maravillosa placita que da un buen rollo enorme, pero antes... ayyy, antes... aquel dos de Mayo que le da nombre...
En 1808, ya sabéis. Napoleón, sus cosicas. Y el pueblo de Madrid diciendo: “¡tche, tche, tche, quieto parao!”
Dirigen la orquesta estos dos señores: Daoiz y Velarde, capitanes de artillería del Cuartel de Monteleón que, junto a otros oficiales más y cientos de vecinos, resistieron aquí durante horas el asalto de las tropas francesas, infinitamente superiores en fuerzas.
¿Y las heroínas? Por ejemplo, la mujer que da nombre al barrio. ¡Manuela Malasaña! ¡Fijaos en la paradoja, el apellido es francés! Manuela era una bordadora de 17 años cuando una patrulla francesa le encontró unas tijeras. Lógico. Fue ejecutada por llevar un arma. Y no nos olvidemos de Clara del Rey que luchó hasta que un trozo de metralla acabó con ella. Héroes y heroínas, descansad en Paz. Os lo habéis ganado.