El Barrio de Malasaña era antes el Barrio de Maravillas. Y la culpa la tiene la Virgen que da nombre a esta Iglesia.
Un día, unas carmelitas se encontraron la imagen de un niño Jesús entre unas llamadas maravillas. Las monjas pusieron al niño junto a una imagen de una Virgen, que tomó el nombre de Nuestra Señora de las Maravillas. El convento también empezó a ser conocido con el nombre de Maravillas, y rápidamente se extendió a todo el barrio.
Y si ya era conocido en el barrio el Convento de las Maravillas, se hace aún más popular durante el levantamiento del pueblo madrileño contra los franceses el 2 de mayo de 1808. La iglesia fue hospital para atender a los heridos de ambos bandos.
Cuando paséis por aquí, levantad la vista e imaginad la pólvora y la sangre. Y saludad con respeto…