La farmacia, presidida por su icónico globo, se fundó en 1870 y se especializó en hacer sus propias fórmulas magistrales. ¡Que eran “magistrales”! Sus ungüentos eran tan milagrosos que su fama se extendió por medio mundo. Su fundador, el Doctor Trassera, fue reconocido e incluso premiado internacionalmente por su famoso “Biógeno Khonill”, pregonado a los 4 vientos como “¡El mejor tónico reconstituyente, desarrolla a los niños, fortalece a los hombres, hermosea a las mujeres y conserva a los ancianos!”
No está mal como claim publicitario, ¿verdad? Durante la guerra civil, la farmacia quedó muy malamente y hubo que reformarla. Ya puestos, cambiaron el antiguo globo-faro por este globo Montgolfier, que es mucho más chulo y más francés, ¡dónde va a parar! En el tercer piso vivió Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina y uno de nuestros médicos más eminentes. Si viviera en estos días, seguro que sería un twittero de lo más puntero.